El Chiquiguao

En cierta olimpiada, la medalla de oro en la lucha olímpica seria disputada entre un ruso hasta ahora invicto y un mexicano:

El mexicano era el Chiquiguao del meritito tabasco. Un dia antes de la final, el entrenador del Chiquiguao le advierte:

Este ruso tiene una llave especial: la Pretzel.

Todos a los que se las ha aplicado tuvieron que rendirse y ser llevados al hospital, porque no hay escapatoria.

Así que, por ningún motivo dejes que te la aplique. Si te coge, (si le hace la famosa llave) ahí termina todo!, el chiquiguao le comenta: no se preocupe ujtej que ese guerito ashishao me la va a pelar…….

El dia de la final, el encuentro comienza, todo México estaba pendiente de la final.

El Chiquiguao y el ruso dan vueltas y mas vueltas, el chiquiguao le aplica la recoge nance pero el ruso se logra safar….

El chiquiguao le aplica la llave del pochitoque en quemazón, pero nada………. el inche ruso se safa y lo pone espaldas planas………..

Con la pura cabeza (su mama era yucateca) logra girar al ruso y se quita la llave el chiquiguao, la multitud enloquecía apoyando al chiquiguao…..

y siguen dando mas vueltas tratando de encontrar el mejor modo de atacarse.

En eso, el ruso ataca y le aplica al Chiquiguao la temida Pretzel……

La multitud se decepciona y el entrenador, que no puede mirar, se cubre la cara pensando, ya valió madre, ya se cojieron a este pendejo!.

De pronto, la multitud grita extasiada.

El entrenador mira y ve que el chiquiguao levanta al ruso y lo tumba.

Espaldas planas! pero fue tal el azoton que le dio, que el chuiquiguao gana!

El arbitro lo declara vencedor con la medalla de oro y la multitud ruge,

México se paraliza, es la única medalla que se gana en esa olimpiada.

En tabasco tumban la estatua de chicoche y mandan hacer la del chiquiguao, se vuelve el héroe nacional…….

Mas tarde, en los vestidores, el entrenador del chiquiguao

le pregunta: Oye, como madre la hiciste para salirte de la Pretzel?

Hasta ahora nadie lo había podido hacer!

Y el Chiquiguao comenta:

Cuando me aplico la Pretzel ya iba a rendirme.

Pero, dej pronto, abro los ojos yj que veo un par de bolas.

En esej momento, con las jultimas juerzas que me quedaban, mordí esas bolas tan fuerte como pude

Y, entonces? Sabe una cosa, entrenador:

No tiene la menor idea de la fuerza que uno adquiere cuando le muerden los huevos!

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